domingo, 20 de octubre de 2013

Conque, fuente de riqueza....


Fuente de riqueza... ya veo. Hasta ahora hemos aprendido que para tener abundancia tenemos que convertirnos en una fuente de abundancia. Pero ¿Cómo hago para convertirme en eso?
 

Anteriormente hablábamos sobre un elemento, un componente esencial para esa fuente en la que nos queremos convertir. Le llamaremos talento. Es cierto que mencioné que bastaría preguntarnos ¿Qué nos encanta hacer? para descubrir en "que somos buenos", pero no siempre es así. Puede ser que te encante jugar fútbol, y como yo, seas pésimo jugando. Yo creo que el problema es que nos enfocamos en cosas muy específicas, y esto muchas veces termina limitando nuestro potencial. Pensemos de forma un poco más "general".

 La verdad es que a mí siempre me ha gustado comunicar. Escribir y transmitir mis ideas. Por eso esque empecé con la idea del blog. Pero no me sé organizar bien y muchas veces termino cediendo al vicio de los juegos de video, cosa que pueden notar al ver la discontinuidad del blog, pero me seguiré esforzando para cambiar eso.

Si no soy bueno en lo que me gusta hacer, ¿Qué hago?

Sigue pensando. Un ejemplo: Alguien le gusta ayudar, tiene conocimiento de algo y lo quiere trasmitir. Esta persona podría hacer un taller en donde enseñe a hacer lo que sabe, o mejor aún, utiliza su conocimiento para solucionar un problema humano. Si pensamos de manera solidaria, nos daremos cuenta que hay bastantes productos allá afuera que, además de vender por todas sus cualidades atractivas, ayudan de cierta forma a las personas.

¿Eso quiere decir que si yo hago un producto que ayude a los demás, estoy en camino a la abundancia?

Definitivamente. Un problema puede entenderse de mil formas diferentes. Alguien puede tener un problema con vasos que no se mantienen a temperatura ambiente cuando albergan líquidos hirviendo, por ejemplo. Si tú pudieras solucionar ese problema, no sólo ayudarías a las personas, sino que también GANARÍAS monetariamente.

Es como si recibieras un regalo, en agradecimiento por ayudar en algo. Muchas veces, la sociedad, nuestros tutores e incluso nuestros padres nos enseñan una filosofía acerca del dinero. Si has escuchado éstas frases, sabrás a que me refiero: 

"El dinero no es nada fácil de conseguir."
"El deseo de poseer riqueza es malo y poco ético."
"Hay que sacrificarse por él, sudar y sufrir para ganarlo "limpiamente".

Esto es parte de un legado popular, que precisamente nos condena a nunca tener en abundancia. Pero éste tema es muy importante como para dejarlo a medias, así que lo desarrollaré en otra entrada del blog.
 




 Entonces, recapitulando sobre mi fuente de riqueza:

Un talento no necesariamente tiene que significar ser bueno en algo. Yo más bien podría replantearlo en "poder hacer algo que te guste relativamente bien."

Un problema casi siempre está ligado a una necesidad. La clave estaría entonces, en encontrar esa necesidad. Y pensar en cómo satisfacerla.


 
Las necesidades en las que pienses no tienen porque ser cosas esenciales como: Comida, vestimenta, etc. Recuerda que en el mundo globalizado del siglo XXI, hasta el wi-fi es una necesidad.



El ayudar a solucionar necesidades humanas es lo que de verdad nos hará una fuente de abundancia.